La lujuria puede crear una avalancha de sensaciones pero nada se compara, cuando esas emociones se enfrentan contra un corazón abierto. Desmenuzando y degollando cada pedazo extirpado en un solo motivo. Las sensaciones son miles, pero el anhelo es uno.
Y al momento de no poder complementar los propósitos que uno se aproxima.
Surgen aires de desesperación.
Buscando ese aroma perdido, esa sonrisa oculta en los brazos de dios.
Esos labios que expanden universos inexplorados.
Que ramifican hasta la último fragmento todo mi ser, que cada vez reserva
Más su esencia.
Como timbales golpeando mi columna vertebral. Que golpea cada ves más fuerte
Dislocando el aire designado para ser mí ultimo respiro.
Se que estás ahí, pero me ahogo en mis palabras.
Quien calma mi templanza, quien calma mis ojos cansados de tanto soñar.
Visualizar tu sonrisa cada puesta de sol, incluso hasta el momento que se une con la luna.
Ver el reflejo de tus ojos en ella
Es parte de mi creencia
Es parte de lo que me mantiene en pie
El tiempo ha dictado sentencia.
Un castigo que quizás merezca, para poder crecer
Desde la raíz que se manifiesta por tus venas.
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